Prevención para la seguridad vial
El ictus es la principal causa de Daño Cerebral Adquirido. Suponen el 84% de los casos de DCA en España.
Un ictus se produce por la interrupción del flujo sanguíneo en el cerebro. Se puede decir que los ictus son el equivalente a un infarto de corazón, pero en el cerebro. La sangre proporciona oxígeno y glucosa al cerebro, lo que lo mantiene vivo y funcionando. Si el flujo sanguíneo deja de alcanzar alguna zona del cerebro sus células quedan dañadas y las funciones que cumple esa parte del cerebro alteradas. Por este motivo se dice que, ante un ictus, el tiempo es cerebro: cuando se detectan las señales de alarma de un accidente cerebrovascular hay que trasladar al paciente al hospital cuanto antes porque una actuación rápida puede reducir la gravedad de las lesiones.
Detectar un ictus es sencillo, solo hay que saber cómo. Las señales de alarma del ictus son las siguientes:
- Dolor de cabeza brusco, muy intenso y distinto de lo habitual.
- Pérdida de fuerza o de sensibilidad en la mitad del cuerpo.
- Pérdida total o parcial de la visión o visión borrosa.
- Dificultad para hablar o para entender cuando te hablan.
Al detectar cualquiera de estos síntomas es muy importante llamar al 112 y decir “ictus”. Desde el año 2008 se está implantando el Código ictus en España, que consiste en la creación de unidades de ictus en hospitales para intervenciones de urgencia. En cuanto un hospital que tiene Unidad de Ictus reciba el aviso, un equipo de profesionales estará preparado para realizar un diagnóstico y para tratar el ictus para, a continuación, iniciar un seguimiento neurológico del paciente.
Prevención del ictus
Las principales pautas de prevención del ictus se resumen en:
- Mantener una dieta equilibrada.
- Practicar ejercicio con regularidad.
- Evitar el tabaco, las drogas y reducir el consumo de alcohol.
- Evitar la obesidad.
- Mantener controles periódicos de la tensión arterial y del colesterol.
Una vida sana y activa, tanto a nivel físico como cognitivo, nos facilitará prevenir los accidentes cerebrovasculares.
Por otro lado, hay que recordar que el ictus podría ocurrirle a cualquiera, ya que también existen factores genéticos que lo causan en cualquier momento. Aunque los accidentes cerebrovasculares afectan en mayor medida a las personas mayores de 65 años, entre 2002 y 2012 la incidencia en los menores de 64 años creció de forma significativa, en especial a partir de los 35 años.
Conocer y controlar los factores de riesgo que pueden provocar un ictus es fundamental para evitar nuevos casos.
13/10/1995 – Actualidad
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