El Daño Cerebral Adquirido (DCA)
Te contamos qué es, sus causas, sus secuelas y los datos de Daño Cerebral Adquirido en España.
¿Qué es el Daño Cerebral Adquirido (DCA)?
El Daño Cerebral Adquirido (DCA) es una lesión que ocurre en el cerebro después del nacimiento, en personas que, en su mayoría, presentaban un correcto desarrollo cerebral.
Generalmente, no obedece a causas genéticas ni congénitas, sino a eventos que se producen a lo largo de la vida y que afectan al cerebro de manera súbita (ictus, traumatismo por accidentes, caídas) o progresiva (tumores e infecciones cerebrales).
Este tipo de lesiones no tienen un carácter neurodegenerativo (como pueden ser en el caso de las demencias).
Según el área cerebral comprometida y la gravedad del daño, el DCA puede provocar alteraciones físicas, sensoriales, comunicativas, cognitivas, emocionales y conductuales, que repercuten de forma considerable en la vida de la persona y en la de su entorno familiar más próximo.
Causas
- Ictus. Actualmente representa una de las principales causas de Daño Cerebral Adquirido.
- Ictus isquémico: obstrucción de una arteria cerebral que impide el flujo sanguíneo.
- Ictus hemorrágico: ruptura de un vaso sanguíneo cerebral que provoca una hemorragia.
- Traumatismo craneoencefálico (TCE). Golpes severos en la cabeza, como los producidos por accidentes de tráfico, caídas, agresiones o deportes de contacto. Pueden ocasionar hematomas, contusiones cerebrales o daño axonal difuso.
- Anoxia (ausencia total de oxígeno en el cerebro) o hipoxia cerebral (disminución parcial del oxígeno). Causas frecuentes: paro cardíaco, ahogamiento, intoxicación por monóxido de carbono o asfixia.
- Tumores cerebrales. Pueden afectar al tejido cerebral por comprensión directa o infiltración.
- Infecciones del Sistema Nervioso Central. Enfermedades como meningitis, encefalitis o abscesos cerebrales pueden provocar inflamación y daño neuronal.
Alteraciones
Sea cual sea su causa, el Daño Cerebral Adquirido puede generar una amplia variedad de alteraciones, que varían considerablemente según la persona, la intensidad y duración de la lesión, el tiempo transcurrido hasta recibir atención hospitalaria y la zona cerebral afectada. A continuación, se describen algunas posibles alteraciones recordando que no necesariamente se presentan todas simultáneamente y que su aparición depende de cada caso.
No existen dos lesiones cerebrales iguales, por lo que el abordaje debe ser completamente individualizado y ajustado conforme evoluciona la recuperación.
Alteraciones cognitivas
- Pérdida de memoria (amnesia, dificultad para generar nuevos recuerdos)
- Problemas de atención y concentración
- Dificultades en la resolución de problemas y en la toma de decisiones
- Desorientación (temporal, espacial o personal)
Alteraciones en la comunicación
- Afasia: dificultad para hablar o comprender el lenguaje
- Alexia: dificultad para leer
- Agrafia: dificultad para escribir
Alteraciones motoras
- Parálisis parcial o total (como la hemiplejia)
- Espasticidad (rigidez muscular)
- Ataxia (falta de coordinación motora)
- Problemas para caminar o mantener el equilibrio
- Dificultades en la motricidad fina (como abotonarse la ropa
Alteraciones emocionales y conductuales
- Irritabilidad y cambios bruscos de humor
- Depresión o ansiedad
- Desinhibición (conducta social inadecuada)
- Apatía o falta de iniciativa
Alteraciones en las funciones ejecutivas
- Dificultades para planificar, organizar o iniciar actividades
- Problemas para seguir una secuencia lógica
- Inflexibilidad cognitiva (dificultad para adaptarse a cambios)
Alteraciones sensoriales
- Pérdida parcial de visión o audición
- Negligencia espacial (desconocimiento de un lado del cuerpo o del entorno)
- Cambios en el gusto, olfato o tacto
- Hipersensibilidad o ausencia de sensibilidad al dolor
Fases del proceso de atención
Las fases principales del proceso de atención al Daño Cerebral Adquirido (como en casos de ictus, traumatismo craneoencefálico, anoxia cerebral, entre otros) pueden variar en función de las características específicas del caso, la Comunidad Autónoma de residencia y los recursos disponibles. No obstante, de manera general, el abordaje suele seguir el siguiente esquema:
Fase crítica
Objetivos:
- Preservar la vida de la persona
- Estabilizar las funciones vitales
- Minimizar el daño cerebral secundario
Dónde: Hospital (Servicios de Urgencias, Unidad de Cuidados Intensivos – UCI)
Intervenciones médicas habituales:
- Maniobras de reanimación, si son necesarias
- Pruebas diagnósticas (TAC, resonancia magnética, análisis clínicos)
- Cirugías (en caso de hemorragias, edemas o fracturas craneales)
- Administración de fármacos para controlar la presión intracraneal, infecciones, convulsiones, etc.
Fase aguda
Objetivos:
- Continuar la recuperación y estabilización médica
- Prevenir complicaciones secundarias
- Iniciar el tratamiento farmacológico adecuado
Dónde: Planta de hospitalización (Neurología, Neurocirugía, Medicina Interna)
Intervenciones habituales:
- Valoración funcional y neurológica detallada.
- Inicio de proceso neurorrehabilitador (si corresponde en función la situación del paciente)
- Control de posibles complicaciones (infecciones, trombosis, úlceras por presión)
- Contención emocional a los familiares y personas allegadas.
- Formación a los familiares sobre cuidados básicos en el hogar (higiene, movilizaciones, alimentación).
Fase subaguda
Objetivo: Recuperar el máximo nivel de autonomía posible
Dónde: Servicios de neurorrehabilitación especializados (hospitalarios o ambulatorios), públicos o concertados según la Comunidad Autónoma o mutua correspondiente
Intervenciones típicas:
- Fisioterapia intensiva (movilidad, fuerza, coordinación)
- Reeducación del lenguaje y comunicación
- Terapias cognitivas (memoria, atención, percepción)
- Entrenamiento en actividades básicas (vestido, alimentación, higiene) e instrumentales (compras, transporte, manejo del dinero)
- Apoyo psicológico y emocional ante alteraciones conductuales o emocionales
- Acompañamiento al entorno familiar y orientación para su adaptación.
Fase crónica o de inclusión comunitaria
Objetivo:
- Recuperar la participación en la vida diaria, social y laboral en la medida de lo posible
- Mantener los logros alcanzados y adaptarse a los cambios a largo plazo
- Capacitar a la familia para el cuidado continuado y el afrontamiento emocional
Dónde: Domicilio, centros de día, unidades residenciales, servicios de inserción laboral, asociaciones, viviendas de transición hacia la Vida Independiente
Intervenciones típicas:
- Apoyos educativos o laborales.
- Adaptación del entorno doméstico.
- Participación en programas de autonomía personal y vida independiente.
- Seguimiento médico y psicológico continuado.
- Actividades de ocio y actividad físico-deportiva.
- Apoyo psicosocial integral.
- Prevención de recaídas y nuevas complicaciones.
- Asesoramiento familiar para la gestión de cuidados y la convivencia
- Apoyo psicológico a personas que ejercen tareas de cuidado a personas con DCA.
El DCA en cifras
De acuerdo con datos de la Encuesta de Discapacidad, Autonomía Personal y Situaciones de Dependencia publicada en abril de 2022 por el Instituto Nacional de Estadística (INE); en España viven más de 414.680 personas con Daño Cerebral Adquirido, de las cuales:
- 361.500 personas tienen DCA a raíz de un ictus.
- 73.900 personas tienen DCA como consecuencia de traumatismo craneoencefálico.
La Encuesta de Morbilidad Hospitalaria, publicada anualmente por el INE, arroja datos sobre los nuevos casos de DCA utilizando como referencia las altas hospitalarias por las principales causas (ictus y traumatismos craneoencefálicos). En el año 2021 se dieron 106.517 altas por ictus y 25.298 por traumatismos craneoencefálicos en el sistema de salud español.